MITOS Y REALIDADES
El trago estándar permite esclarecer algunos de las creencias más populares sobre el consumo de bebidas con alcohol. Descúbrelo.
MITO: Lo que emborracha a una persona es la acumulación de alcohol en la sangre, que depende completamente de la cantidad y la velocidad con que se beba. Todas las bebidas contienen alcohol etílico y si se sirven adecuadamente incluso tienen aproximadamente la misma cantidad. Esto quiere decir que emborracha igual una copa de vino que un caballito de tequila o una lata de cerveza.
MITO: De manera general el cuerpo de las mujeres tiene menos agua y más tejido graso que el de un hombre; además, su hígado y estómago tienen una menor cantidad de enzimas para metabolizar el alcohol. Esto quiere decir que el consumo de la misma cantidad de alcohol se concentra más en el cuerpo de las mujeres y se elimina más lentamente.
MITO: Servidas adecuadamente y en su recipiente correspondiente, cualquier bebida con alcohol contiene aproximadamente la misma cantidad de alcohol puro. Es por eso que entre más concentrada es la bebida, menor es el volumen para el consumo. Esta confusión es común debido a que no se considera la velocidad de consumo. Aunque la cantidad de alcohol sea la misma, si se bebe muy rápido, el alcohol se concentrará más en la sangre.
MITO: Tener una alta tolerancia al alcohol o «mucho aguante» no es saber beber. Para tener una alta tolerancia al alcohol basta con beber en exceso frecuentemente, de modo que el cuerpo se acostumbre y la persona requiera consumir mayores cantidades para experimentar una borrachera. Saber beber está relacionado con poder degustar bebidas, combinarlas con alimentos, conocer las medidas estándar y tener presentes los límites para evitar riesgos. En realidad, ¡aguantar mucho no tiene nada que ver!